viernes, 17 de junio de 2011

Riesgos

-Y entonces entendí que todo lo que había creído no era cierto. Bueno, no es que no fuera cierto, sino que su aplicabilidad era limitada y no se correspondía con la vida real. Entonces fue cuando decidí asumir este riesgo. Fue en ese momento cuando decidí saltar sin red. El precio fue alto, quizás demasiado, eso aún no podemos saberlo, quizás sólo intuir cuánto nos va a doler. Pero no importa, estoy orgulloso de haber llegado hasta aquí.

-Tranquilo cielo, todo consiste en asumir riesgos. Incluso elegir qué desayunar implica un riesgo. ¿Café con leche? ¿Cereales? ¿Tostadas con mermelada de frambuesa? ¿Quién te dice que cualquier día en el supermercado de tu barrio de extrarradio, en el pasillo de lácteos, no vas a resbalar sobre un charco de leche derramada y eso no va a cambiar toda tu vida en solo un microsegundo? No importa cuan seguros queramos estar, cuantos planes hagamos y cómo organicemos el futuro, tú y yo lo sabemos bien, la vida ocurre cuando menos te lo esperas. Y por eso nos gusta, por eso nos emociona y nos pone la piel de gallina, por eso, y sólo por eso, sabemos que estamos vivos.

-Gracias

-¿Gracias por qué?

-Sólo gracias.

-Sususúrramelo de nuevo, pero lento, muy lento. 




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