jueves, 16 de septiembre de 2010

Entonces llegó Lakoff (y nos tocó los frames)

'Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres' (Juan 8:32.) La verdad nos hará libres. Queridos amigos, la verdad nos llevará a verdes pastos donde la primavera es eterna y las rocas manan leche y miel. Donde el sol se pone solo para dar paso a una noche sin pesadillas ni temores. La verdad os hará libres, os abrirá puertas que siempre creísteis cerradas; permitirá que alcancéis cumbres nunca antes conquistadas.

Pero Jesucristo y sus acólitos no contaban con el advenimiento de George Lakoff, de su afilada prosa y agudo ingenio. De sus análisis lingüísticos, tan significativos hoy para mi: “la verdad, por si sola, no nos hará libres”. La verdad nos encadena, nos ata a un momento, a un lugar, a un contexto y a una situación en la que algo se nos revela como cierto. Pero, a diferencia del eterno salvador, el estadounidense nos dice que no hay una sola verdad, y que cada humano, para un mismo momento, tiene una respuesta muy distinta:

“[…] and what is worse is a set of myths believed by liberals and progressives. These myths come from a good source, but they end up hurting us badly. The myth began with the Enlightment, and the first one goes like this “The truth will set us free. If we just tell people the facts, since people are basically rational beings, they’ll all reach the right conclusions” But we know from cognitive science that people do not think like that. People think in frames […] to be accepted, the truth must fit people’s frames. If the facts do not fit a frame, the frame stays and the facts bounce off. […] Is it useful to go and tell everyone what the lies are? It is not useless or harmful for us to know when they’re lying. But also remember that the truth alone will not set you free”

(Lakoff, George: pp.16-18 “How to take back public Discourse” en Don’t Think of an Elephant: Know your values and Frame the Debate. 2004 *el resaltado es mío)

¿Cómo diferenciar tu verdad de la mía? ¿Cuál tiene más valor ante un jurado popular? No hay baremos para medir el valor de la verdad, pero si vemos el poder que ese concepto ejerce día a día en los temas más banales de nuestra vida. Una madre pregunta a su hijo “Dime la verdad, ¿has roto tú el jarrón?”; un amante a su amada “¿De verdad me quieres?”; un vendedor a su clienta “Se lo juro señora, este modelo es, verdaderamente, el rey de las aspiradoras”. Millones de palabras, vallas publicitarias, discursos políticos, hechos, imágenes, pies de fotos que nos manipulan, nos usan y sacan lo mejor (o peor) de nosotros bajo el halo de realidad que el uso de la palabra verdad genera. Un resplandor que nos ciega, nos impide ver que tras los más de seis mil millones de personas que hoy habitamos el planeta Tierra, como mínimo debería haber seis mil millones de verdades.

P.D.: La verdad está, definitivamente, sobrevalorada.

2 comentarios:

  1. Es dura como el diamamante y delicada como la flor del melocotonero. (Gandhi)
    La única verdad es la realidad (Aristóteles)
    Es mas extraña que la ficción (Shakespeare)
    El tiempo es precioso pero la verdad es mas preciosa que el tiempo (Disraeli)

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